Una cosa genial que hacen en el cole de mis peques son las exposiciones orales. Desde los 3 añitos hasta Bachiller una vez en el curso cada niño expone a los demás un tema de su elección. Es una actividad fantástica, porque es práctica y les enseña a enfrentarse desde muy chiquitines a un público, a pensar lo que quieren decir y cómo, a hablar para los demás, a escuchar al compañero que expone, a controlar los nervios… En mi opinión, son todo ventajas, porque aprenden algo que les resultará básico se dediquen a lo que se dediquen en el futuro.
Claro que cuando los alumnos son todavía peques, en infantil, te toca como madre preparar casi toda la exposición y ensayar con la mente dispersa de mi querido Pirata no es nada fácil. Y los temas en estas edades son realmente curiosos: así es mi casa, mis muñecos favoritos, mi pueblo, mi familia, superhéroes, piratas, dinosaurios, cómo hago el bizcocho…
Esta semana le tocaba el turno a Princesa. Le costó un montón elegir un tema, se le ocurrían posibilidades infinitas. Buscamos la información en internet, la dispusimos y resumimos con imágenes en la cartulina y Princesa nos la contó una y otra vez, hasta que la dominó.
Y esta parte de la actividad también me gusta un montón, porque supone trabajar en familia, buscar las fotos, la información, explicarles las cosas adaptadas a su edad, ensayar… El curso pasado, todos pintamos los planetas y construimos un sistema solar. Todos hemos aprendido algo nuevo y es genial ver a Pirata sentado muy atento para escuchar a su hermana y haciéndole preguntas, todo interesado en el tema.
No me dio tiempo a hacer una foto de la exposición, porque como tenía que pasar, ayer que había que llevarla al cole naturalmente llovía a cántaros y hubo que proteger la cartulina lo que nos llevó algo más de tiempo. Este Murphy, no descansa jamás.
¿Y a vosotros, os parece buena idea? ¡Feliz fin de semana!
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