Princesa acude a clases de dibujo y pintura desde que tenía 4 años. La profesora, con una paciencia infinita, mezcla en sus grupos niños de diferentes edades y se lo pasan en grande. Trabajan mucho y de manera muy variada, tocan todas las técnicas y casi todos los materiales. En un mismo curso, hacen trabajos en blanco y negro, modelaje en arcilla, grabados, animación en vídeo... Y con todo tipo de pinturas, se acercan a la obra de diferentes autores, interpretando a su estilo retratos, bodegones, carteles publicitarios... Princesa va contentísima.
Pero lo mejor es el final de curso, la profesora les prepara una exposición, en la Casa de Cultura del pueblo, como si de artistas de reconocido prestigio se tratara. El día de la inauguración, nos invitan formalmente a los familiares y nos van explicando las diferentes obras en las que han trabajado. Además de disfrutar con la merendola posterior, los niños se sienten importantes, escuchados y atendidos y muy orgullosos de que, durante al menos 15 días, todo el pueblo pueda pasar a ver sus dibujos.
¡Feliz día!
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