viernes, 28 de marzo de 2014

Atención al público, un poco de cortesia por favor

Estoy harta, harta no, lo siguiente de la gente que trata mal a los demás. Que yo no soy ninguna virtuosa pero oye, un poco de educación, de respeto hacia el que tenemos al lado...¡qué menos!

El otro día, situación, Corte Inglés, sección comuniones, 14.00 horas, cero clientes, dos dependientas.
Y una pobre ilusa, yo, buscando un cancán. Pregunto educadamente a las supuestamente amables señoritas del mostrador.
-¿Tienen cancanes para los vestidos de comunión?
Se miran entre ellas y una de ellas, de mala gana, responde:
-Si tenemos.
Silencio sepulcral. Nadie dice nada más, así que me arriesgo y pregunto ¿Me lo pueden enseñar, para ver qué talla necesito?
Entonces una de ellas le pregunta a la otra:
-¿Le sacas tú?
- No, no, yo estoy haciendo otra cosa
Y de nuevo un silencio sepulcral, ninguna de las dos se mueve ni dice nada ni van a buscarlos.
Ante el silencio pregunto : ¿pero es necesario encargarlo antes?
Y ahí se agarran a un clavo ardiendo
-Si, claro- dice una de ellas con aire de superioridad
Yo, ¿Y cuánto tardan en llegar?
-Pues sin fecha, lo pide y cuando llegue pues ya está.
-Pero no saben si tarda una semana, un mes?
-No, no, sin fecha.
Y allí seguían ambas dos, atentas a sus cosas (aunque no sé cuáles eran sus cosas en ese momento, los clientes fijo que no) sin moverse, sin añadir nada y sin hacerme ni puñetero caso. (Me habré vuelto invisible?)
Así que le miré, le di irónicamente las gracias por su excelente atención y me marché de allí y sois todos testigos de que no volveré a comprar nada en esa tienda.

Y para quienes penséis pobres, para lo que les pagan, que sepáis que no me vale la excusa. El respeto al que está enfrente, al trabajo que estás realizando... me parece fundamental.

Esa misma tarde, llamé para encargar los recordatorios a una artesana a la que sólo conozco de seguir su blog. Por el mismo sé que no era un buen día, que había tenido una mala noticia médica. No sólo me atendió amabilisimamente, sino que además me proporcionó todos los datos que necesitaba, me envió un boceto a la hora de hablar conmigo (y sé que tiene muchos, muchos encargos) y me dio todo tipo de detalles y contactos para que los recordatorios salgan exactamente como quiero. ¡Qué diferencia! (Sobre los recordatorios ya hablamos otro día)

Y nosotros venga a hacer enormes centros comerciales y a destruir el pequeño comercio... así nos va.

¡Feliz finde!

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