Me gusta recuperar muebles, darles un nuevo uso. En la casa familiar, en el pueblín, mi cuñada dejó para quemar esta cómoda que tenía este aspecto viejo y una mancha horrible de color violeta en la parte superior.
Como peor no podía quedar y estabamos pasando la Semana Santa en el pueblo, con tiempo suficiente, me propuse darle un nuevo aire y emplearla como mesilla en el cuarto de mis fieras.
Seguro que conocéis las maravillas de la chalk paint, que cubre lo que quieras, con una variedad inmensa de colores y ¡sin lijar ni decapar!
Así que brochas, pinceles y un poco de paciencia (muy poca porque además seca bastante rápido y sin dejar olor a pintura), puse manos a la obra
y este es el resultado.
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