sábado, 12 de enero de 2013
Nuestro propio lenguaje
En casa, en la familia, tenemos nuestro propio lenguaje formado por todas aquellas palabras que Princesa y Pirata no decían bien cuando las aprendieron. Les enseñamos a decirlas bien, naturalmente pero, nos hacían tanta gracia, que los adultos de casa, entre nosotros seguimos usando esas aportaciones nuevas de nuestros chiquitos al lenguaje.
Así, las cosas “puncionan”, los coches para jugar son “metánicos”, los camellos tienen “coroba”, cuando estamos malos del estómago “gomitamos”, para colgar un clavo usamos el “marquillo” y Mozart se murió el pobre sin terminar el “regimen” que estaba escribiendo. No deja de sorprenderme que Pirata a sus cuatro años sea capaz de pronunciar correctamente y sin pestañear “catequesis” y esta mañana me pida las “manoflas” porque tenía mucho frío en las manos.
¡Feliz fin de semana!
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