jueves, 12 de septiembre de 2013

Lo que dan qué pensar unas pochas

Es increíble cómo sin darnos cuenta perdemos cosas y no me refiero a cosas materiales, que también, sino a pequeñas actividades, gestos, historias… que antes eran habituales y que van desapareciendo. Ayer pensaba en esto mientras mis pequeños, muy sorprendidos por la novedad, se dedicaban a pelar unas pochas.
Actividad que yo recuerdo habitual en mi infancia, sentada al lado de mi abuela, y que a Princesa y Pirata les resultó extrañísima, porque no lo habían visto nunca.

Y es que la vida cambia totalmente y a una rapidez de vértigo y lo que hace 20 años pasaba en cualquier casa, hoy resulta raro en la mayoría. Nuestras madres limpiaban las verduras a diario, pero ahora no sabemos cómo limpiar un cardo o una borraja porque las compramos limpias, preparadas para usar.

Hemos tenido el microondas estropeado unos días y calentar la leche en el cazo a Princesa le parecía del siglo XIX. “Anda papi, pero cómo vamos a calentar la leche en la sartén?”. Es curioso comprobar cómo en veinte años de diferencia, vivimos mundos totalmente diferentes.

Pasamos un rato muy entretenidos con las pochas, respondiendo a mil preguntas de Pirata (de dónde vienen, cómo es la planta, dónde hay, por qué no vienen cinco en todas?...), que me hizo pensar ¿no iremos demasiado rápido?

No hay comentarios:

Publicar un comentario