Sin embargo, es una novela realista, con una construcción de personajes, sobretodo los dos protagonistas Hazel y Gus, que logra que los sintamos cercanos, como si los conociéramos del barrio o de la escuela.
Ambos son adolescentes enfermos de diferentes tipos de cáncer que coinciden en un grupo de apoyo, una historia trágica teñida de dulzura, melancolía, máximas filosóficas... Es una historia sobre enfermos de cáncer pero ni idealiza la enfermedad, ni a sus víctimas, la trata con gran franqueza y con un enfoque que hace más sonreir que llorar. De prosa ágil y llena de comentarios sarcásticos, me ha gustado porque no es la típica novela para jóvenes.
Tiene además algunas frases de esas que te dejan pensando, ideales para (como diría una amiga) "ese minuto de reflexión diario", frases como "Me diste un para siempre dentro de días numerados", "El mundo es una fábrica de conceder deseos", "Algunos infinitos son más grandes que otros infinitos", "Todo el mundo debería tener amor verdadero y debería durar como mínimo toda la vida".
Publicada aquí por la editorial Nubes de tinta, fue el libro más vendido en España en 2014 y su historia ha sido ya adaptada al cine.
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