Este fin de semana pasado una amiga cumplía 60 años, una
edad que merece, sin duda, una celebración. Así que me puse a organizarle una
comida sorpresa, con esa gente, que yo sabía que le haría ilusión encontrar.
Todo estaba organizado, globos comprados, restaurante, regalos... cuando
ultimando los avisos a los invitados, mis dedos gordos se equivocan de letra en
el whatsapp y le mando un mensaje con todos los datos y con el letrero “Cumple
sorpresa” seguido de su nombre ¡a la homenajeada!
¡Aggg!¿Se puede meter más la pata?¿Se puede ser más torpe?
En fin, que gracias a las casualidades sólo sospechó una parte y la otra, la
verdadera sorpresa, llegó a buen puerto.
Creo que ha sido una de las veces que más me he enfadado
conmigo misma, porque hice exactamente lo que les digo a mis fieras que no
hagan, hacer dos o tres cosas a la vez y claro así no se puede.
No hay más excusas que mi incompetencia y eso me puso
realmente de mal humor. Por suerte tengo siempre gente con la que desahogarme y
que rápidamente me ayudaron a encaminar de nuevo todo.
La celebración fue finalmente un éxito, a pesar de haber comenzado
con un traspiés y pasamos un rato
estupendo. La homenajeada disfrutó y después de todo, el fallo no fue tan grave. Así que he decidido ser magnánima y perdonarme a mi misma.
¿Y a vosotros, os ha pasado alguna vez meter así la
pata?¿Pudisteis solucionarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario