Pues eso, que ya huele a Navidad. Tras un mes complicado en el
trabajo, llegó nuestro magnífico puente foral que nos ha traído 6 días de
vacaciones, y por primera vez en muchos años, para los cuatro. Así que no nos
ha quedado más remedio que aprovechar. No hemos parado, ha habido tiempo de
excursiones, recados, juegos, comidas y cenas en familia, tardes perezosas de
sofá, atracciones… un poco de todo.
Por eso hacía mucho que no me pasaba por aquí. Ya os dije
que mi propósito de este curso es vivir más lentamente en la medida de lo
posible. No puedo ralentizar el ritmo del trabajo, ni de las extraescolares o
las obligaciones familiares pero he comprendido que lo que hago por gusto, como
es el caso del blog, tiene que ir a un paso cómodo y relajado, para que pueda
funcionar.
Ayer tuve tiempo para una de esas conversaciones telefónicas
de muchos, muchos minutos con una amiga, ¡qué poco hacemos ya esto que era
antes tan habitual! Y hoy he vuelto a trabajar con las pilas recargadas así que
os dejo por aquí nuestras novedades.
Calendario de adviento. Más fácil imposible, sobres blancos,
números de colores, una cajita de madera y una vela. Se que deberían ser
cuatro, pero no había espacio. Pequeñas sorpresas para todos mis chicos y una
ilusión cada mañana al despertar. ¿Hace falta más?
Y este larguísimo puente hemos comenzado a adornar la casa, de momento sólo tenemos el árbol de la zona de los chicos pero me
gusta mucho cómo nos ha quedado este año, a pesar de que hay quien critica que sea sólo en dos dimensiones. ¿Qué os parece?
Y nada más, ando dándole vueltas al menú de Nochebuena y
buscando desesperadamente una receta sencilla de galletas de mantequilla así
que si tenéis alguna buena ya me diréis.
¡Feliz semana!
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